miércoles, 21 de octubre de 2009

107. Proyección Hacia...

Dream Theater - Forsaken


Proyección
Hacia...

No había terminado de despertar por voluntad propia cuando mi hermano bruscamente me movió de un lado a otro notificando que tenía una llamada...
Te dije que me sentía mal, que quería llorar y de inmediato me respondiste: "No llores" en tono de lástima y preocupación. Acto seguido dijiste: "Voy para allá"
Eras tú, diciéndome casi llorando que ibas a soltarlo todo. Entendí que me querías contigo, porque sé que no lloras sola. Necesitas a alguien que te saque las lágrimas a abrazos.
Sentí que demoraste mucho. Tenía tanto dentro y una barrera invisible que sólo tú quebrantrarías aguardaba impaciente por romperse.
Corrí hasta que me cansé. Recé varias veces porque no estuvieras tan mal como me imaginaba, y porque el cancel que me permitiría entrar a tu casa permaneciera abierto para no tener que llamarte para que me abrieras. Sabía que no tendrías las fuerzas necesarias como para hacerlo.
"¡Es ella!¡Vino a visitarte ella!" gritó mi hermano. Sólo asentí y él bajó para abrirle. Subiste corriendo sin preguntar dónde estaba, me encontraste en la esquina de mi cama, abrazándome y reteniendo tantas lágrimas como me era posible con la cara en las rodillas y me diste una mirada de comprensión, y casi maternal.
Las escaleras me parecieron eternas, perdí el aire al menos 2 veces en el mismo minuto; una cuando casi terminaba de subir casi cayéndome y otra al verte tan sumida en pensamientos macabros con una mueca de dolor en el rostro. Apenas me hinqué y...
Tuve oportunidad de tenerte en frente mío. Te me quedaste viendo a los ojos por no mucho tiempo, no habías dicho ni una sola palabra y ya estaba abrazándote y comenzaba a llorar desde ahí.
No estaba cómoda. Creo que lo sentiste porque después de un tiempo pequeño te separaste parcialmente y me explicabas lo que había sucedido. Para serte franca, no te estaba escuchando. Sólo me perdía en tus ojos llorosos e intentaba averiguar cuál fue la gota que derramó el vaso y por qué. Te alejaste y me abriste paso hacia la computadora que estaba tocando una melodía clásica, pero que fúnebre sonaba en tal cuadro. Ví su nombre, y volví a abrazarte.
¡Pedía a los grandes que no te estrangulara en el acto! Por momentos te apretaba tanto que me dolía y agravaba el llanto, y profería lamentos sin sentido, sílabas incoherentes o sólo sonidos de mis labios que querían decir algo, pero no transmitían comunicación mas una dolencia aguda se podía oír. Por otros sólo me dejaba llevar e intentaba no llorar... traje el papel de baño para secarme y secarte.
Te dejé hablar por un momento, pero me parecía que volvía a escuchar mi historia, pero más intensa y sin remedio alguno. Ví que no querías mirarme. Estabas trazando figuras geométricas con la pelusa que desprendías de tu gruesa cobija que tendía la cama que ya estaba un podo húmeda. Comencé a decirte lo que creía y pensaba y sentía. Me conmovías hasta los órganos más ásperos e insensibles.
-¿Me acompañas por una paleta?-
-Claro, vamos...-
Caminamos en silencio, y empecé a puntualizar lo que extrañaba...
-¿Sabes? Extraño ser feliz... extraño reír, extraño que no me duela nada y que todo sea fácil, y que pueda vivir sin agobios... también extraño no tener sal en el rostro, y que mis lágrimas sean de azúcar. ¿Sabes cuánto tiempo tenía sin reírme tanto?¿Sabes cuánto tiempo tenía sin que me doliera el estómago de tanta risa? Apareció, y me reí como ya no me acordaba. Luego se fue, y me dolió tanto como ya no me acordaba. Parece que desenterró a lo que ya había matado hace tiempo, o al menos que había ocultado muy bien y no había dejado salir. Parece que se llevó mi felicidad y mis sentimientos que extraño, y que me los devolvió mientras los compartía conmigo... pero si no está, no los puedo compartir, así que no son míos, o no en los momentos que ocupo. Extrañaba sonreír y ruborizarme y sentir aquellos cuervos que te carcomen las entrañas, y aunque duela te gusta por cómo lo hacen con delicadeza y en los momentos oportunos de una manera bestial. Me echaba de menos... me echo de menos...
-Es que parecías tan feliz... hoy en la mañana te reías...
-¿Y piensas que sentía esa risa?
-No mucho...
-Si no posara todos los días cuando hablo, cuando me dirijo... si no busco la forma de hacerme lucir en ese momento, si no me viera al espejo tanto tiempo tratando de encontrar lo mejor de mí, y ensayarlo varias veces, ¿cómo crees que no sería fotogénica?
-No...
-Exacto. Si no riera todos los días, si no me obligara a reír, ¿crees que no se me olvidaría cómo hacerlo? De eso vivimos, de seguir haciendo lo mismo para que no se quede atrás...

8 sentimientos:

Perro verde dijo...

Eres una

Perro verde dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Perro verde dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
For Requin´s life dijo...

1 palabra describe a tu texto .... EMO !!!!!!!!!!


¬¬ NO SEAS TAN PESIMISTA !!!!!


tu saves que aqui estoy para todo ehh ??


Ti Amo (L)

Patricia Ibarra dijo...

Cuanta razon hay en tus consejos
¿Porque crees que siempre te los pido??

Eres una mujercita maravillosa y muuuuy INTELIGENTE!!

Lo sabias???

Y estoy completamente de acuerdo contigo.


Mil besos presiosa!

Anónimo dijo...

Hasta el dialogo, encontré 3 textos diferentes: uno leyendo de corrido, y otros dos leyendo continuados los fragmentos del mismo color.

Me pareció excelente!

Besos

Y espero que sigas bien! =)

Soiral dijo...

Querida Dianita:
me has dejado impresionada es un buen texto con una frase excelente para el final, dialogoa que son libres de palabras. Me recordaste un poco a mi.
Sigue Escribiendo

Anónimo dijo...

TIAMMO DY...

E
S

T
O
D
O... GRACIAS..