martes, 26 de enero de 2010

121. Derivando Versiones.

Surgió como un sueño, luego como una película y luego como un juego en el que masticaba una y otra vez la historia hasta tragarla, pero no por completo, para no olvidarla... o algo así xD
MATCH!


Derivando Versiones




1.-

Nací pequeña comparada con mis progenitores, pero hábil. Tenía un par de piernas, que si no perfectas y simétricas al principio, fueron perfeccionándose con el paso de los años, fortaleciéndose y manteniéndome siempre erguida, o cuándo tropezaba, como resortes me levantaban.
Mis extremidades superiores eran muy útiles: para crear una imagen adecuada, ayudándome a vestirme; para expresarme, incluso hablándo; golpear cuándo era necesario, como cuando mi hermano me hacía enojar, o cuando fui a mis clases de karate; etcétera.
Mi columna vertebral me permitía girar casi a 360°, me permitía caminar, correr y trotar. Mantener una posición horizontal, que me relajaba, también era posible.
¡Mi vista! ¡Mi vista era casi perfecta! Podía admirar cada cosa de la naturaleza. Sus cielos, sus mares, sus gotas de agua redondas, su Sol, su Luna, su césped... todo, lo podía tocar, lo podía sentir, lo olía, lo oía... y era feliz haciendo útiles los sentidos.
Sentí, sentí mucho, y a corta edad; Amor, odio, rencor, venganza, felicidad, tristeza, cariño, amistad... tenía sus ventajas y desventajas.
Doscientos seis meses, aproximadamente, viviendo a la perfección, con todo en su lugar, y una bala perdida...

2.-
- ¿El Rey de la selva, mamá?-
- No precisamente. Eso es cómo nos han querido llamar. Somos reyes, eres un heredero aquí entre nosotros, pero estamos en la sabana africana.
Jugaba con mi mamá todos los días, mordiéndonos; cuándo hacía algo mal, sólo bastaba una mordida en mi oreja peluda, la derecha siempre; con mis hermanos jugué muy brusco, y parecía que no se herían, y yo, al ser el menor de la familia, tenía privilegios sobre los otros; mi mamá me mordía menos que a ellos, eso sí.
Crecí mucho, y mi melena fue de un rubio impresionante, algo rojizo. Mi pelaje era aún más güero que mi melena. Realmente era de los mejores, un buen cazador comparado con todos los demás, que yacían acostados, esperando que la presa estuviera ya caída para reclamar un trozo.
Fui un bonito abrigo...

3.-
Desperté en una jaula.
Me observaban niños, jóvenes y adultos, y mayoritariamente, los primeros me arrojaban comida que no soportaba, pero tenía que comer para que me dieran más y no morir de hambre.
Me maltrataron mucho, pese a ser un animal grande y temible, porque a veces me veía reflejado en unos trozos grandes y brillantes, y me aterraba.
Supe hacer malabares, como le llamaban a lo que hacía con unas pelotas rojas y azules, el lanzarlas y atraparlas. Se rompían con mis grandes garras mientras rugía de desesperación por no lograrlo.
En mi jaula encontré a una fémina, qué, si no muy atractiva, tenía algo que me mantenía paralizado al verla pasar, y no era su mirada de temor, ni su mandíbula completa que envidiaba... tuve tres crías y encontré la felicidad etérea...

4.-
En líquido estuve, en líquido me mantuve, y en líquido, en una red fallecí.
Era increíble nadar libremente, por todo el ancho del océano. No tenía limitaciones, podía comer cuando quisiera, y siempre habría alimento.
Fui respetada por todos, ya que eran muy pequeños para mí. Me abrían el paso, me impliraban piedad, se sentía bien ser poderosa.
Hubo un tiempo en que me apasionó mucho estar en las memorias de los demás, en las que salí a la superficie por mucho tiempo, sentía unas pequeñas luces detonar en mis ojos, unas mareadoras que se disipaban cuando metía la cabeza al agua salada, y gritos de todos los tonos.
Hablaba mucho. Fui la que más habló, y por hablar me distraje y me enredé. Pese a que todos los que conocía me quisieron ayudar (afilados dientes, fuerza, homicidas...) nadie fue lo suficientemente valiente para seguir luchando, cuando el agua ya estaba muy clara.

5.-
Mi vida fue corta, era de los que corrían para esconderse de los más grandes, y que sentía su corazón latir más fuerte, y más fuerte, casi audible para el enemigo.
Mi sentido del olfato nunca fue tan exquisito. Me servía para sentir al depredador acercarse, y, cómo era muy ágil y sabía brincar sin cansarme mucho, logré escaparme varias veces.
Mi pequeño tamaño era útil, además. Podía ocultarme en las hierbas altas, y pasaba desapercibido. Me atacaron de noche...

6.-
- Mamá, ¿me lo puedo quedar? Está limpio, no se le ve nada agresivo... yo me haré cargo de él, ¿sí?- decía un pequeño niño de ojos verdes a su madre, cuando yo era muy pequeño. Empecé a querer al niño desde ese momento, desde que su mamá le dijo que sí, porque me había salvado de todo lo desconocido que veía cruzar por los pavimentos.
Mis primeros años pasaron muy rápido. Era el consentido de la casa, nunca me hizo falta ni una sola caricia, de hecho, llegaron a cansarme.
Por las noches me salía y visitaba a muchos amigos que hice por el rumbo. Yo ya me regresaba a la casa solo, y mis dueños nunca se enteraron del montón de nietecitos que hice.
La comida me la servían diario, y me cepillaban de vez en cuando, aunque no me hacía falta, ya que me peinaba todos los rincones, al bañarme, con mi lengua.
Lo desagradable era tenerlos en mi aparato digestivo, y tener que vomitarlos, porque podía ahogarme con ellos.
Nunca lastimé a nadie de mi casa, y a todos los visitantes que llegaba, les abría mi corazón, recordaba sus caras y la temperatura cálida de sus manos. Fui un poco flojo, dormía casi todo el día...

7.-
- ¡Qué increíble! ¡Tierra y agua!- pensé justo después de que mamá y papá se despidieron y nos dejaron en un charco.
No tenía mucho espacio allí, pero, conforme me fui pareciendo a mis papás, era fácil salir de vez en cuando, para desentumirme. Llegó por fin el momento (eterno, me pareció eterno) de abandonar la cuna, y comenzar cada quién por su cuenta.
Era fácil que nos comieran, y yo no fui una dificultad.

8.-
¿Obré tan mal, para llegar a esto?
¿Qué obras hice, para llegar a esto?
Huesos, una larga columna, bajo tierra, sin Sol.
Haciendo mi camino, y creyendo que voy a la cima
cuándo, en realidad, sólo cavo al infierno.

1 sentimientos:

Soiral dijo...

querida Diana. se ha vuelto de mis favoritos, no solo de tu blog, se ha merecido un espacio un link en mi blog
es... es hermoso
Y el final dios! me mato, locura me enamore de tu escrito