Con pelo blanco lacio, que alcanzaba una longitud considerable, y una gran mancha gris oscuro en su lomo, Furr, un viejo pastor inglés, merodeaba por ahí. Vagaba como cualquier otro perro; olisqueando todos los postes, esquinas, plantas y personas. A todos los saludaba con un "woof" viril, digno de un macho impotente, con mucha simpatía. Esto casi siempre hacía el mismo efecto: el ambulante se detenía, lo miraba a los ojos y Furr se echaba al suelo, juguetón. El primero lo acariciaba y Furr lo seguía hasta la casa del peatón... el cual nunca lo dejaba pasar. No podía gruñir a ningún transeúnte, ya que estaba muy enamorado de una perrita burguesona, cocker, con unos dueños malencarados y estirados. Ya había intentado charlar con ella, pero, aunque la actitud de la fémina fue entusiasta desde el primer momento en el que cruzaron sus miradas, los padres de ella la jalaron de la correa hacia otra dirección. Su vida cambió completamente cuando estos estirados lo hicieron pasar a la casa, de tres pisos. Furr esperaba pacientemente todos los días, mirando la puerta, del otro lado de la acera. Así transcurrió mucho tiempo... hasta que lo aceptaron. Dweeb y Furr fueron felices en aquella mansión.
You know the day destroys the nightnight divides the daytried to runtried to hidebreak on through to the other sidebreak on through to the other sidebreak on through to the other side, yeahWe chased our pleasures heredug our treasures therebut can you still recallthe time we criedbreak on through to the other sidebreak on through to the other sideyeah!c'mon, yeaheverybody loves my babyeverybody loves my babyshe getshe getshe getshe get highi found an island in your armscountry in your eyesarms that chain useyes that liebreak on through to the other sidebreak on through to the other sidebreak on through, oww!oh, yeah!made the sceneweek to weekday to dayhour to hourthe gate is straightdeep and widebreak on through to the other sidebreak on through to the other sidebreak on throughbreak on throughbreak on throughbreak on throughyeah, yeah, yeah, yeahyeah, yeah, yeah, yeah, yeah
Hacia mucho tiempo que no me llamaba la atención ningún humano. Todos me parecían iguales y nadie era diferente. Rostros destrozados, lágrimas con sabores agridulces; poetas enamorados, abejas y muchas flores; grandes decepciones, alegrías efímeras.
Sin querer te buscaba
La Luna no se puso llena por un gran tiempo y el Sol no brillaba como antes. Era por una tormenta, que empezó como una ligera llovizna, apenas una brizna... que se fue acrecentando a falta de los dos astros.
Me gustas más cuando me miras. Cuando te me quedas viendo curioso y te preguntas en qué estoy pensando... mientras desvías la mirada.
Tus ojos marrón claro siempre huidizos. Tu boca apenas rosada que se humedece al paso del tiempo al paso de los segundos al roce de mis labios con los tuyos. Perdida en tu cabello una y otra vez con un ligero aroma dulce olor a nuez
Abrázame, cariño. Obsérvame, bebé. Hoy y siempre tuya seré.
Fue un día cualquiera -mas no viernes- en el que descubrí dos clases totalmente diferentes de seres humanos masculinos: La primera categoría abarca a casi todo el mundo. A toda la especie, mayoritariamente. Tienen en alma negra, por tantas mentiras que dicen, con toques azules, por las que se creen. Vagan por ahí con los ojos tristones y una gran nariz, con labios voluminosos y cabellos enmarañados color azabache. Sus cuerpos son delgados, como de serpientes traidoras, y sus brazos parecen tentáculos perfumados, con posiones y feromonas. Como armas letales, las manos de estos entes se distinguen por tener un gran tamaño, al igual que sus pies; audaces a pieles ajenas, perfectos para descubrir puntos débiles. Lo más particular de estos quizá sea su lengua: afilada y larga, hábil... y responsable de cada uno de los mapamundis trazados en las espaldas de las féminas engañadas. Hacen travesuras cual niños y las simplicidades son su delirio, casi tanto como la espontaneidad. Una vez que ya estés en sus garras, no podrás salir, no lo olvidarás jamás. Se caracterizan por ser habladores y prometedores, cautivan miles de corazones por su personalidad tan sensata y caballerosa. Sus sentimientos casi siempre chocan contra la lógica y, aunque sean impulsivos, no dejarían sus cadenas por alguien que los haya conquistado. Su punto débil... es su enamorada. Empatía no es. Empíricamente lo confirmo.
Duré enamorada de uno de estos seres desde que nací y lo encontré a los catorce años de edad. Viví una etapa mágica, él hacía todo lo posible para que mi imaginación volara y mis emociones afloraran, sin ningún vestigio de infelicidad. Mi amor por él... inició, creció y decreció. Tengo que admitirlo, aún no me olvido de él. Sigue siendo una parte esencial de mi vida, la parte en la que soy feliz y yo misma... pero conocí a alguien de la segunda clase y me está ayudando a ser más feliz y no ser dependiente a alguien más bien azulado.