domingo, 28 de febrero de 2010

128. Acabando en par.


Ésta es la:
Entrada número Ciento veintiocho.
128 ¡PAR!

Tiempo atrás, en la boda:
Veintiocho de Febrero de Mil Novescientos Noventa y Dos.
28 - 02 - 1992 ¡PAR!

Hoy, en este instante:
Veintiocho de Febrero de Dos Mil Diez
28 - 02 - 2010 ¡PAR!

Y, por consiguiente son:
Dieciocho años de matrimonio.
18 ¡PAR!

Por haberme criado.
Por haberme cuidado.
Por haberme forjado.
Por haberme amado.
Por haberme creado.
Por existir. Y por ser los que tienen pares en sus días ^^
¡FELICIDADES! ¡Los amo!

miércoles, 24 de febrero de 2010

127. Una Buena Canción

Bueno, ésta canción me hizo de todo.
Me hizo reír, llorar, saltar y golpear agresivamente a las personas... :D
Bueno, no. Quizá las primeras cuatro... :D
¡Ah! xD


Gaia - Mägo de Oz



Hay veces que no sé, si exprimir el sol
Para sentir calor y dudo que al nacer, llegará a creer
que hoy fuera a morir

Intento comprender, él porque de esta decisión
si yo jamás odie
me intento aferrar al valor,
pero no sé fingir
solo quiero vivir.
¿dónde se vende algo de compasión?
para saciar mi soledad
¿dónde trafican con sueños de amor?
pues quiero esta angustia dormir
Recuerdo el día en que mi libertad
no-tenia precio ni fin
en cambio hoy daba hasta la eternidad
por ver mañana el sol salir
Me vengare y todo el mal que me hagas
yo te lo devolveré
el hombre nunca fue dueño de Gaia
es justamente al revés
Oigo unos pasos, se quiebra mi voz
sé que vienen a por mí
y un sacerdote en nombre de dios
pregunta: ¿quieres confesión?
Confieso que amé y creí en dios
de los pobres, justo y moral
confieso que en la silla
en la que he de morir
mi alma renacerá
Toda mi vida desfila ante mí,
tantos sueños por cumplir
no tengas miedo, no llores por mí,
siempre estaré junto a ti.
Oigo los rezos, intento gritar,
me cubren para no mirar
a los ojos de una cruel humanidad,
la muerte se excita, es el fin.

martes, 16 de febrero de 2010

126. ¿Me Extrañarás Cuándo Bese la Tierra?

¿Me Extrañarás Cuándo Bese la Tierra?



Ayer cuando el atardecer crecía en esplendor, mi mirada perdida en el horizonte vacío jugaba con los colores del momento. Creí algo apreciar y sorprendida quedé al encontrar una flor perdida en medio de un mar de soledad: un capullo envuelto en un velo de espinas, un punto blanco en ésta infinita obscuridad; la vida pasando y yo en mí, lamentándome sin ningún motivo aparente.
¿Cuál es el fin de la vida en sí?, plenitud, felicidad, un destello vi brillar, mil sirenas oí cantar, de mil colores el alba pude apreciar pintando sobre un inmenso lienzo azul llamado eternidad ¿puede el dolor amar y la amargura tus penas saciar? La vida se debe disfrutar, pero que tan fácil es lograr encontrar ese punto vital que te lleve al final del abismo, de las penas mismas te libre y el momento efímero se levante.Pero no todo dolor debe ser, en algún punto de esta humanidad un poco de comprensión debe existir, un alto parcial a mis pensamientos poner, mas puede imposible parecer cuando veo la luz caer y la obscuridad comienza a reinar, en mi soledad me lamento, para que ¿algún especifico fin? lúgubre sentimiento atormentado, responde, calma mi lamento, guíame hacia la luz.
Efímero todo es aunque muy largo nos llegue a parecer, en un solo instante todo lo que tenemos se puede perder, volver a nacer, volver a vivir, sentir el viento correr por mi piel, efímeros momentos que nos parecen tan tontos, un minuto de reflexión, un cambio de acción, la vida toma otra dirección. Por fin pude comprender todo lo que mi ser no lograba entender, cual despistados solemos ser, grandes oportunidades perder, con la ruina danzar, un juego de azahar y todo cambiara, magia, ilusionismo, positivismo, sueños hechos realidad. La vida soñando más rápido se pasara, al final solo quedara mi mundo paralelo, lleno de ilusiones, sentimientos, corazones, irrealismo puro, mas con ficticio comienzo, prosperando sigo y mis penas ahogo cada vez mas sin ni siquiera preguntarme la raíz del hecho concreto.
Palabras a flote en un duro momento, un vago pensamiento, cristalizado en un verso.
Un día al anochecer, la eternidad debes observar, deja al viento tu rostro tocar, tus poros inundar, viaja más allá del presente, que el tiempo de esfume por un efímero momento, entrar en ti, resolver el misterio de la vida, arrancarte el alma de dolor, tu espíritu visualizar, tu futuro planear, la vida disfrutar... sólo por querer...

De una maga y un pequeño gato:
Al terrible abismo.

domingo, 7 de febrero de 2010

125. Cabezas rodantes.

Corpus Irae

Cabeza

Sus ojos oscuros se iluminaron de repente y su cabello parecía poseído por la estática que emanaba en ese día húmedo, al ver la serpiente del alma que le ofrecía, esa de colores combinados, que nadie pudo ver jamás, la que nunca mostré antes; esa, mi esencia pura materializada como un parásito de volumen considerable, con alargada forma; la que comía todos mis sentimientos, los golpes que fallé, mis lágrimas, tanto dulces como saladas, y mis palabras sinceras.

Torso

Subía y bajaba un líquido antigravitacional, de abajo a arriba, de arriba a abajo, con olor a naranja, tabaco y alcohol. Secaba con su paso, sin duda, e incluso corroía la ancha espalda que poseía. Su origen me era desconocido pero familiar: un espejo me lo había mostrado antes, cuándo trataba de conocerme un poco. Todos los citadinos podrían distinguir ese sonido de motor averiado que hacía la masa resbalosa, sin embargo, ningún científico, por más reconocido que estuviere, determinaría la razón.

Brazos

Redes perpetuas pero condicionales, pasionales, estrictas, llenas de enfermedades. Rejas de mi cuerpo, de la serpiente impropia, mas anheladoras furtivas. Tactos, caricias, insinuaciones y descubrimientos. Manos fuertes, donde cabía todo mi pequeño ser, no obstante, el parásito oleaginoso, grande y viscoso, que escapaba. Bastaba que te oliera para que se retirara, aunque a paso torpe, muy rápido para las nuevas huellas digitales.

Piernas

Muslos inmaculados pero raspados, con algo de vello negro que adornaba ligeramente su blanca superficie. De esas extremidades largas que es imposible echar un vistazo, y no librarse nunca, de las mismas cuya rótula se convierte sólo en un espacio lleno, y con huesos fuertes, y músculos tenaces; de esas que esperas una mirada, siquiera altiva, o superioritaria, pero sólo una mirada, un contacto de gustos completo. Uno... uno y cinco más.

martes, 2 de febrero de 2010

124. Relativo.

Uno. Doce. Trescientos sesenta y cinco. Ocho mil sesenta. Quinientos veinticinco mil seiscientos. Treinta y un millones quinientos treinta y seis mil.

lunes, 1 de febrero de 2010

123. Reprimenda


A las horas en que ningún mortal está de pie, mi hija querida y adorada se dedica al quehacer.
Estoy seguro que en la noche nada durmió, pero justo ahora un lejano rumor se escuchó: unos pasos, eso sí, de pequeña forma y bajo perfil, acompañados de un sin fin de alboroto; tazas al suelo, cubiertos chocando, platos quebrados; y mi niña llorando. Bajé corriendo por las estrechas escaleras, casi tropiezo llegando a la puerta y me encuentro con una escena que me perturbó al comienzo, y no sabía qué realmente hacer: Mi primogénita con la vista vagabundeando lejos de aquí y un poco de sangre diluída en agua de mar en su rostro. Sinceramente aquí no quiero estar, ya muchos intentos he hecho de salvar. Sin embargo, ni el tardío suspiro me detuvo: "¡Hija, desastre tan grande has hecho", pronuncié, fúrico. Con la cara entre manos, la niña débilmente repuso: Me duele. Me duele la boca, los labios con las marcas de las mordeduras suyas. Me duele la lengua de tanto agitarla, incluso los dientes... los ha pulido y al mismo tiempo destruído.