lunes, 25 de mayo de 2009

97. Psicodelia

Larga, porqué no.
Éste... éste lo considero uno de mis textos mejor hechos, me encantó cómo quedó y simplemente no lo puedo dejar de leer.
Erótico, si.
Puede bien ser una continuación de "Un pecado compartido", aunque no tenga el mismo estilo, pero tiene el mismo brío pasional que éste.
Enjoy :3


Psicodelia



En la noche de los deseos me muevo, con las luces y el eléctrico eco de las guitarras, guiadas ambas para hacer de las curvas adicción. La confusión de la intención metiéndose en el cerebro, mezclando ese cuerpo tuyo, tu mirada, la sinuosa erótica dominando las sombras, la luz en la piel del cuello, en los hombros, la espalda, fluyendo sobre los muslos, ríos de encomendada pasión.

Desconcertado en la caverna de la posibilidad, sin saber de la frecuencia del latido. Es sólo tambor, la batería de tus caderas sacudiéndolo todo. Eres punzada incierta, un sonido dulce y salvaje, que me envuelve en su onda. Flagelas la letra de una música instrumental, logras que me alcance el insano mensaje de un cuerpo lírico con estigmas de estribillo.

Muestras y escondes un parpadeo, un gesto, el paseo de los cabellos, los suaves ladeos hacia una cadencia que no poseo. Brillas y fugas en la humedad de los labios, en tu lengua, primera evidencia rosada trazando el flashback que me comunica con tu interior.
Sabes que no puedo ser música, que las pistas que ofreces para alcanzarte son únicas de lo que sientes, que puede llegar a doler mirarte con esta atención. Pero sigues peregrinando desde los oídos, cada vez más profundamente, hasta que las notas se te pegan a la carne.

Me alejas, me deseas viajante en un imposible reposo al observarte, toda tú hecha paisaje. El gin-tónic no refresca, la leve presencia del limón se incrementa ácidamente, el hielo arde en su frío distante mientras todo se incendia. En el infierno parece que sólo alivia el frenético e incombustible danzar de tu figura. Te muestras imparable, encadenada a las notas, tirando de todos los vagones con tu maquina sinuosa, cargando pasajeros ajenos que estrellaras en algún vacío. Caerán por la brecha de la ilusión en tu abismo.

No puedo decir que entienda ni intuya por causa alguna, pero algún motivo me mantiene amarrado a esta barra, luciendo el neón de un combinado que al alcanzarme los labios promete verterse adentro y convertirse en brebaje del éxito más íntimo. Vuelvo a mirar el valle sagrado donde proclamas la naturaleza, la hendidura del local en la que siembras la vida más loca por descubrir, como si la tentadora luz hubiese sido antes un deslumbrante rayo hiriendo el lugar hasta la toxicidad drogadicta. Siento ya el avance de tu empatia, el vaivén de la nuca alcanzada por la brisa de tus silencios despegando, la caricia que interpreta tu aura al girarse y volver a recuperarte en mi mirada. Para mí no eres dañina.

Inviertes el tiempo y el lugar, todo se mueve para ti, reconocida entre tantas más que pugnarían por ser reconocibles, mientras tú solo deseas ser olvidada. El sonido se hace música a tu ritmo, las luces recuperan sentido al seguirte e interpretar la caza de la suculenta presa que albergas, el suelo se complace de tus pasos e intenta seguirte. Sin duda dejan que seas reina de un reinado que desconoces. En esta esquina del ancestro humano que poseo, no veo más que libertad para ti.

Construyes el pulso en tus venas, seduciendo. La atracción es como el verano de playa haciéndote salada con el sudor de su tacto. Cada parte de tus miembros cobra vida en la expresión conjunta, donde se suman las décimas de segundo usadas por un dedo hasta cerrarse contra la mano o extenderse, por toda una mano al doblar y girar y recuperar su línea con el brazo, por el antebrazo al flexionarse contra el pecho y arrastrar la coreografía de tu otro brazo, como un desconocido al que te confías, hacia el opuesto de una inconclusa cruz.
Genero una capacidad inaudita de leerte en la pausa milimetrada de los movimientos, en la escultura de cada secuencia con la que superas lo inadvertido que observo, donde tus piernas se cruzan y separan tantas veces que nadie cuenta por minuto, con la armonía completa de todas las notas con las que llueves en el ambiente.

Pura y virginal sin serlo, pudiendo serlo sin creerlo los cientos de ojos mientras eres ajena a los registros que te secuestran. Marcada por la distancia que enuncias al bailar, ondulando como la ropa blanca recién tendida en el atardecer, tintando con la estridencia del contraste camuflado bajo la sensualidad, viviendo la tragedia de la existencia con envidiable alegría en cada paso, en cada giro, en el mecer de las manos y las rebeldes sacudidas de la cabeza, despejando el cabello de tu cara, cuando a ratos clavas tu mirada en la mía.

Se que no miras, solo sueñas verme. En el confort de un trance voluntario parece que me ideas como aquel que conoce tu esencia, el lenguaje de un baile que no es espectáculo ni exhibición, sino el grito de alguien como yo. Sabes que estoy aquí, con el neón aliviándome el calor, pretendiendo robarme la razón y mermar la poca condición que nos une. Eres luz, eres ritmo, eres armonía en una polaridad desinhibida, eres lejanía para el desierto de las cercanías. No es tu cuerpo el que se ondula, el que gira, el que late y vive y transmite esta sensación atractiva. No es tu belleza, tan bella como la aparente belleza de otras, ni tus femeninas formas que sabe cubrir la moda. Eres tú en ti misma, dándote en secreto, sabiendo que sucede lo que pretendes mientras te recibo como invitada de mis emociones.

Mi silencio es austero, mi distancia acorde a la tuya, el camino entre ambos prometedor, íntimo y luminoso, un espacio de los dos que somos en otro lugar, puede que en otra época o tiempo distinto al del resto del presente que te mira y desea. Es la trampa de la distracción que siembras aquello que les entretiene. Mientras tanto, vienes, sabiendo que conozco la clave inorgánica que permite estar en tu vida.

La presencia acercándose se imagina haciéndolo. No bailas para todos, embrujas la quietud perenne de los descartados mientras vuelas a este lado de la no realidad. Sabes que estoy aquí, que pocas veces coincido con esa parte tuya donde me guardas.
Un primer destello me aturde, siento como se va metiendo adentro, no sabría decir si en el vientre, el corazón o la misma alma. Existes como un fuego para el sin miedo de arder con algún juego de extenso permiso.

Se del tacto sobre tu piel sin tocarte.
Se del olor de tus labios sin rozarte.
Se del color de tus ojos en la oscuridad.
Se de tu vello erizado sin que mi boca bese tu cuerpo.
Se de tus suspiros, de tus anhelos, de tu intranquila calma, de la lenta llama que alimenta y da calor en tu espera. Se de tu necesidad inconfesada sin control por sentirte mujer más allá de lo que todos entienden. Se que no eres como las demás que fugan como cometas en este lugar. Se que alejados de la pragmática realidad sucede algo entre nosotros que dura y durará.

Vienes sin pausa ni prisas, en una dimensión propensa a la incomprensible confesión de los parámetros que nos unen, como imantada por la atracción del neón que calma mi huída. No me abrazas ni te abrazo, no te impones ni te domino, no flirteas ni yo lo hago, no me besas en la mejilla ni yo acaricio por primera vez tu cintura. Parece como si ya hubiésemos estado juntos, como si la parte de uno viviese dentro del otro y fuese este encuentro que no sucede el ponernos frente al espejo, para ver por un momento al otro que nos contiene y motiva estas permanentes brasas que alarma las almas.

Ni a tú ni a mí nos hace falta entender nada, no existe explicación para argumentar el reconocernos y arrancar de ello una suave sonrisa desapercibida, como si dobláramos sábanas limpias que luego nos cobijarían, cómplices de la intimidad supuesta que jamás hemos visto unida entre la realidad de los demás.

Frente a mí, mientras tu cuerpo continúa distrayendo a la luz, a la música. Mientras la razón del sudor trascendental en tu esquiva piel engaña la interpretación de los que te miran. Mientras tus manos te tocan y recorren en la discreta sensualidad de aquella noche cercana, cuando volviste a soñarme. Mientras tus labios derrochan el aroma de los besos y sugieren habilidades carnosas entre ellos. Mientras tus senos respiran al ritmo de un encuentro que no sucede en la evidencia de la pista. Mientras la discreción de tus muslos escondidos en el ritmo, exhiben en secreto el roce constante que ejerces como deseo de albergarme entre ellos.
Mientras todo eso queda sin descifrar para los cientos de ojos hedonistas, tú ya estás frente a mí, mirándome sin la mínima distancia con la que dos empiezan a mirarse.

Te observo al fondo, te miro de cerca, como tú me miras, directa al pozo secreto de las pupilas.
Aquí me tienes y te encuentras. Ojeas, sonríes, observas y te detienes en la vida secreta que has vivido dentro de mí. Hago lo mismo en la noche de tus ojos, penetro curioso con la comodidad de un alguien que ya estuvo en ti. Ojeo, sonrío, observo y poco a poco voy deteniéndome en los momentos que conservas grabados sin que otros sepan que han existido.

El silencio chilla en la mudez de ambos. Se hace evidente la parálisis de vivir en una realidad que nos equivoca, mientras recordamos esa otra vida que jamás hemos creído tener.

El espectro de tu seducción continúa jugando al embrujo de las almas ciegas, mientras toda tú estas aquí, conmigo, leyendo el pasado que pudimos disfrutar.

Te tumbas, en mis ojos también, con la alegría amplia en tu rostro y el cabello enmarcando la felicidad sobre un fondo blanco de algodón perfumado. Tus dedos remontan la pendiente de mis brazos, las palmas se acomodan por un instante en los hombros, sobre el calor de la piel que despiertas, para luego tomarme la cara llevándome hacia tus besos.

No hay ritmo de distracción, ni estridencia, ni una luz confusa y engañosa, sólo existe un piano difuminado que persiste en su nítida melancolía, entre neblinas que levantan el alba y los primeros rayos cruzándolas, formando un caleidoscopio con las flores del desmayo.

No se si fue ayer o es ahora. No se si es coincidencia casual, amor universal, memoria de las almas reencarnadas, conexión en un grado sexual ideal, mera imaginación de ambos que sabemos imaginándonos o nada tiene que ver con que seamos.

Tus labios me alcanzan, los míos te acarician con la ternura impropia de alguien que guiase su corazón al ritmo de un salvaje reloj. Los martillos son respiración de ángeles cada vez que el marfil de las teclas empuja la armonía hacia las cuerdas, como si nuestros cuerpos fueran dos de ellas, bajo el luminoso cielo que encierra la tapa del piano.

Cada vez que cierro los ojos, siento que caigo en ti al igual que una estrella en el infinito. Tu vida es hogar, incluso con el vacío que ha dejado tu no estar, incluso con el vacío que vendrá. Esos ojos tuyos, desde donde me sueñas y me dejas soñar, puede que estén llorando en la otra realidad, quizá en su pasado o en el futuro que tendrán, sin embargo, aquí no caen lágrimas de tu consciente mirada. Aquello que nadie sabe explicar a los demás con la misma claridad revelada, aparece y nos lleva de la mano sin necesitar comprender lo que sucede.

Las notas de tus dedos en mi espalda acompasan el sentido de los besos, en la comisura, bajo la mandíbula, en el cuello, los hombros, los brazos, el pecho. La lira de tus muslos me rodea en la suavidad de su melodía. Se entonces del después, cuando la piel de mi vientre roce tu vientre, cuando nuestros pechos choquen coincidentes en la respiración, cuando nuestros cuellos se deseen y parezca que buscan enroscarse cual serpientes amantes, cuando nuestros abrazos y el tacto de las manos devuelvan la primavera al árbol que siempre fuimos, con sus hojas, sus flores y frutos, sus ramas, las raíces también.

Se repite el neón entre mis labios, una interrupción a la que me obliga la racionalidad. Después de posar el vaso en la barra, vuelvo a mirarte. Mi sonrisa se esconde, acorde a la libertad que impera en esta ancestral historia de dos sin nombre. Continúas bailando, cerrando el tema que tan singularmente te ha empujado a interpretar el oculto ritual con el que sueles llamarme. Tus ojos continúan sobre ti misma, excepto al coincidir con los míos en el segundo de desvanecimiento, donde soñando que caemos saldríamos de inmediato a ofrecernos los brazos el uno al otro.

Te vas, dejando detrás de ti la oscuridad para aquellos que esperaban quemarse en tu luz. Te vas, con una incomprensible tristeza que no pueden entender después de quedar prendados por tu poderosa energía. Marchas hacia la confusión, entre la masa ajena a la volátil verdad.

Quedo pensativo, como de costumbre cuando no estabas, egoísta de mis recuerdos contigo y la permanencia de los mismos que serán más cuanto más tardes en volver. Quedo pensativo, temeroso de hacer nada que pueda cambiar las cosas, porque así podemos vivirlas en el mejor lugar y en la más hermosa de las realidades que pudiéramos tener, sabiendo que alcanzarte significaría agrietar este universo donde existimos juntos sin aparecer en la realidad de los otros, sabiendo que al sujetar el brazo del otro para hablarle empezaríamos a sufrir.

También lo sabes, por eso siempre queda igual de pendiente lo nuestro, ahogado entre la psicodelia.

7 sentimientos:

Sergio (checko) dijo...

Nose a quien le gusto mas... si a ti o ami, lo que es cierto es que me encanto. Y tambien es cierto que en este momento nose de que forma agradecerte por todo lo que eres (para mi). Creo que la luna esta ves no quiere hablar con migo... dice que deje de jugar y comience a actuar, dice que esta ves no adivida el futuro incierto... ese al que parece que estoi condenado. Dice que... puedo dormir tranquilo... sabiendo que ya estas mejor, solo por eso... Buenas noches. Hasta pronto diana.

PD: Hace un momento... lo volviste a hacer... me isiste tan feliz con tu presencia... que olvide por completo ese odio que siento por los borregos conformistas que me rodean. Te Quiero (y mucho mas).

Anónimo dijo...

dy... solo eres mas que el sentimiento que irradias...
eres la letra y la palabra..
es algo tan.... me ancanto de verdad... es bastante largo.. pero tiene lo.. escencial... eso que a veces no intuimos.... no dejes de escribir.. nunca... t.q. cuidate peque... y no aprisiones el sentimiento.. en lo personal..
hasta siempre...

Perro verde dijo...

Sigo pensando has plagiado tu escrito, así que hago algunas búsquedas e invariablemente me dan Just... FeelingsEs imposible tener tanta imaginación, me digo. Lo imprimo y me lo llevo a mi mesa de la playa donde lo releo. Me has impedido contemplar el atardecer.
Si imposible, para mí es tener tanta imaginación, increíble es que puedas pasar a palabras lo que tu mente sueña.
¿Cómo es posible que te metas en la forma de pensar de una persona de tu género opuesto? Si, se que muchos escritores/as lo han hecho.
Diana, me asustas.
¡Por favor!.. Quita los comentarios emergentes. Con este comprobaras el por qué, si pinchas en los enlaces.

Ana Márquez dijo...

¿Y tú cómo sabes tantas cosas siendo tan chica? ;-) Te he dejado un regalito por mi blog, Dianita. Un beso grande, grande.

Patricia Ibarra dijo...

Wow!!!
IMPRESIONANTE!!!!
y EN VDD TE DIGO QUE ME DEJAS SIN PALABRAS.
Perdon por escribir con mayusculas pero lo vale tu escrito.
Sabias que eres FENOMENAL??
Sé que llegaras muy lejos y sé que tambien todo se basa a una inspiracion...
Me encanta!!!
Quisiera decir ... Cuando sea chica quiero ser igual que Tú.
Pero eso no pasará, lo que si puedo decir es que aprendo cada dia más de ti, y me siento muy orgullosa de haberte conocido y más de que seas mi amiga.
Te quieroooo!!!
Y muchoooooooooooo


Besos!

RottenMilk dijo...

Pues blah blah a todas estas personas que pusieron comment antes que yo pues YO lo leí primero así que mueran D:<


:D


Pero bueno. Nunca te dije antes que me pareció... Así que aquí te lo diré.

Creo que es extremadamente bueno. Es genial, y tiene tantas descripciones perfectas metafóricas, indirectas (Y otra palabra que no recuerdo ahora).

Es hermoso, es bello, es confuso y es real.

Esta excelente y bueno...


Eres una muy buena escritora. Sigue soñando y siendo feliz.


Plus: I can't give anything more...

Plus2: And... Now... Now I'm really scared...

Plus3: Fuck.

Soiral dijo...

Aun no leo esta entrada... pero decidí contestarte por aquí :P

Pues sí siempre terminan en alguna discusión o por lo menos en eso de estar de acuerdo, si sucede pero no con mucha frecuencia.

Jejeje gracias por tus comentarios XD danke!

Bueno... pues te he de confesar.. k ensí no es un lugar sino k es un alguien solo k cambié unas cosas para k el significado no fuera tan visible XD