jueves, 22 de enero de 2009

35. Absurdo

Esta entrada tenía otro tema. Ahora, y detrás de un suceso, ya existe otro texto. Bueno, cómo sea, va la entrada :P

A-B-S-U-R-D-O



Había perdido el bélico enfrentamiento contra su madre. Tanto desdén y tanto esfuerzo por nada. Aún recordaba las crueles palabras de la fémina que lo parió, 14 años atrás. Crónicamente se repetían, para causarle un dolor memorable e insoportable:

"Eres un absurdo adolescente. No mereces todo lo que te damos"


Claro que la expresión al vociferar esas palabras no fue de las más dulces. Con lágrimas en los ojos, un tono totalmente carmín y las venas queriendo saltar de su ubicación natural, lo manifestó.

¿Por qué la violencia? ¿Para qué fin?

Bueno, tal vez el fin predeterminado era hacer entrar en razón al joven Vogel, adolescente y con una capacidad impresionante para estos tiempos, pero, fuera de eso, logró sólo lastimarlo.

-¿Por qué me dices esto, amada madre, frente a una petición tan sencillamente razonable?-
dijo, con temblorosa voz, exigente, y dejando deslizar algunas lágrimas por sus tersas mejillas.

-¡¿Cómo que por qué, pringoso?! ¡¿Qué no ves lo mucho que ya te damos tu padre y yo al mantenerte vivo?!-
respondió gritando y casi sin aire continuó- Al tenerte en una de estas escuelas tan privilegiadas de este continente, tanto niño, o al darte de comer todas las tardes, al tenerte en cursos intensivos de arte, al no matarte cuando estás en sueños, al mantener tus más infantiles ilusiones, al no golpearte contra la pared cada vez que nos has contestado de una manera inapropiada...-suspiró para contener las lágrimas y para difuminar el presente matiz de rojo en todo su rostro, metió los puños cerrados en las bolsas, llenos de rabia- ¿¡Crees que yo no hago un esfuerzo mayor?!

Con ésto último, soltó un par de lágrimas y se las ingenió para que jamás tocaran sus labios oprimidos, con los dientes parejos y enteramente rechinantes, colocó su mano derecha velozmente en el cuello del enclenque Vogel, lo elevó unos cuántos centímetros en el aire y lo tiró por las escaleras, a derecha de su posición, en forma de caracol.

Aterrizó a medio camino dónde una encrucijada vuelta ha tenido esta construcción arquitectónica.

Sangrando por algunas heridas en la parte superior de la cabeza, se levantó y terminó de recorrer el camino que conectaba las dos plantas de su casa.

Se dirigió al baño de huéspedes, a la izquierda del último escalón de las largas escaleras, cerró con un portazo ruidoso y, acto seguido, colocó el seguro interno.
Pasó de inmediato hacia la regadera no sin antes pasar por un espejo que reflejaba su terrible apariencia; Estaba blanco como la nieve, con un gran moretón el el brazo derecho, en el hombro, cerca de la clavícula, también sus ojos resaltaban sumamente desorbitados, húmedos y pronosticando una inmensa tormenta emocional, manifestada a través de sus ojos bellos y con las venas saltadas.

No tardó mucho en emitir su primer grito. Fue un ruidoso grito. Cualquiera que lo escuchase, pensaría que lo estaban torturando; aunque lo hacían.

Le dolía horrible el estómago, se acercó al toilet y vomitó bilis.

Unos segundos después, erguido, miró de nuevo al espejo, que parecía vigilarlo. Descubrió un ser mucho más tranquilo, aunque afligido.

De un pequeño cajón, debajo del lavadero, sacó una cajetilla de cigarros y un encendedor.
Palmeó el cigarro ya en mano y lo encendió...

Aspiró en venenoso humo unos segundos, después procedió a fumar como solía hacer sólo.

El cigarro duró mucho menos de lo que debería, encendió otro y la rutina fue la misma.

Procedió a fumarse el tercer cigarrillo y, en eso, alguien tocó la puerta.
Era su hermana menor: Sofía.

-¡¿Qué estás haciendo, Vogel?!- gritó, la pequeña infante con apenas 10 años de edad. El olor le era bastante familiar, siempre que hablaba con Vogel, terminaba oliendo así. Y si. Sabía el porqué.

-¡NO TE IMPORTA, CON UN DEMONIO!- vociferó la masculina voz que sonó mucho más intimidadora por el eco que se producía en aquél baño.

-¡Llamaré a mamá si no me dices!- retó la esquincla.

-¡HAZ LO QUE QUIERAS!- gritó él.



[...]



"Eres un absurdo adolescente. No mereces todo lo que te damos"

-Cállate.

"Eres un absurdo adolescente. No mereces todo lo que te damos"

-Que te calles.

"Eres un absurdo adolescente. No mereces todo lo que te damos"

-Aquí está la soga...

"Eres un absurdo adolescente. No mereces todo lo que te damos"

-Aquí mi cuello.

"Eres un absurdo adolescente. No mereces todo lo que te damos"

-Adiós.


[...]



¡MAMÁ! ¡VOGEL ESTÁ MUERTO! ¡ESTÁ COLGANDO!
¡MUERTO!
¡MUERTO!

La señora bajó enseguida, ya con la puerta abierta en el baño, teñido de una sombría presencia
Encontró una carta, con letras grandes y negras, que se transparentaban en el papel doblado a la mitad. Lo desdobló y notó que al lado estaba un marcador Sharpie,

TE DIJE QUE TE CALLARAS...

6 sentimientos:

RGGR dijo...

wow....
esta genial, realmente, realmente me llego esa entrada, por lo de...
TE DIJE QUE TE CALLARAS... joder..
simplemente genial
vagamente genial
cruelmente genial
genialmente genial

comentario publico:
EN SU CARA LES GANE SOY EL PRIMERO!!!
att: yo

RottenMilk dijo...

wow...

Pro.

Muy pro.

Genial.

Me sono a muchas cosas
Me gusto

Ya me voy

Esteban Arontes dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Esteban Arontes dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Esteban Arontes dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
For Requin´s life dijo...

GENIAL!!!!!!!

SIMPLEMENTE GENIAL !!!!!

me gusto muchisimo enserio

bueno emm adios xdxd